Pensar en renovar el piso del hogar o la oficina no debería ser hasta cuando ya no se tiene opción, porque está deteriorado o gastado a un nivel que luce mal; cambiar el piso debiera ser una decisión acompañada con la aventura de renovarse, de sentirte diferente.
Dependiendo la calidad, el uso, mantenimiento y tráfico sobre un piso será el tiempo que pueda durar, pero en definitiva si es de calidad alta durará muchos años, así que es mejor pensar en renovarlo pensando en un nuevo look o ambiente del hogar u oficina.
Así es una mejor experiencia y ahí tus opciones serán más amplias porque será algo que podrás anticipar, planear y hasta ahorrar. En cambio, si piensan en cambiarlo cuando ya lo ves gastado o cuando de plano no tiene solución seguramente te tomará de imprevisto y terminarás reformando tu piso con algún material o aspecto que no era el que deseabas.
Hay pisos que incluso puedes colocar sobre otras superficies, por lo que no requerirás de obras alternas y, por lo tanto, no aumentarán tus costos. Por ejemplo, con un piso flotante que suelen ser los pisos laminados o con los pisos vinílicos que puedes adaptar sobre otras superficies.
Los pisos laminados son muy prácticos en este sentido, ya que los puedes colocar sobre cualquier superficie sin requerimientos como clavos, tornillos y sin pegar al suelo. En el caso de los pisos vinílicos destacan por su versatilidad, resistencia y durabilidad, que también puedes colocar sin retiras los pisos existentes y sobre cualquier superficie, siempre y cuando este lisa y nivelada.
